ETIMOLOGÍA
La palabra nueve viene del latín
NOVEM y siguiendo las reglas de evolución fonética de palabras latinas la eme (m) final se pierde (NOVEM > nueve), como en fuerte (de FORTEM). En el paso del latín
al castellano, la u breve tónica
diptonga de o a -ue (NOVEM > nueve), como en nuevo < NOVUM y huevo < OVUM. En gallego no llegó a diptongar, es una lengua más
cercana en su evolución al latín. Por eso NOVEM origina nove; FORTEM > forte;
OVUM > ovo; PORTAM > porta.
NUMEROLOGÍA
El significado del número 9 (nueve). El número 9 (nueve) es el signo de los
ideales, el interés Universal y el espíritu de combate con fines humanitarios.
Simboliza la Luz interior, priorizando ideales y sueños, vivenciados mediante
las emociones y la intuición. Representa
la ascensión a un grado superior de consciencia y la capacidad de desplegar
amor a los otros. Es creativo, idealista, original y bondadoso.
¿Qué significa el número 9 en el amor?
El número nueve (9), es un número que representa el misticismo, la sensibilidad de las personas y está cargado de sentimientos de compasión, sinceridad y bienestar.
AHORA YA OS ESTARÉIS PREGUNTANDO a qué viene todo esto y si Uol ha perdido la chapleta.
No, estoy muy lúcida (o al menos en el grado de costumbre).
Es que hoy
Programa de mano (libre) está de aniversario. Sííí... NUEVE AÑOS
dándoos la chapa, vertiendo miel y hiel (
mel e fel), contando mi vida, mis ensoñaciones, mis anhelos, mis deseos y mis decepciones. Y, sinceramente, no sé qué mierda contaros de este último año que ha cuajado en el noveno, así que me he puesto a examinar en el buscador
nueve y me ha salido esta mierda. Nada de las nueve maravillas del mundo o las nueve estaciones o las nueve formas de encontrar el amor. El nueve es un número anodino y
merdento. Pues eso, que no tengo nada más que contaros que ha sido un año pésimo. Empezó con una noticia alarmante que me tuvo inquieta, reflexiva y seguramente en
schok. Para mi suerte no fue nada, pero algo cambió en mí. Cambió mi ya exacerbado sentido de la vida y de la muerte. Me dije a mí misma que si hasta ahora era
Carpe Diem, ahora iba a ser
Carpe por mis ovarios. Pero no pude, porque soy cobarde, soy cobarde. O quizá no tanto, pero la vida es la que es y otra vez la espada de Damocles pendiendo sobre mi cerviz, ya algo expuesta y ofrecida. Y después, todos lo sabéis, esta mierda de pandemia mundial de la que ya
he hablado. Y nada mejora, aunque tampoco empeora. Esa
merdenta medianía.
Y bueno, aplicando el Carpe Diem me lancé kamikaze a lo banzai al abismo del ridículo. Pero no importa, no importa ya a estas alturas. Me sentí heroína con frase final lapidaria de cierre de película. Frase que no se me ocurrió, pero que sería al menos tan impactante como la de Scarlett O'Hara. Barrabasadas. Porque yo no soy Vivien Leigh y no tengo guionista, ni ocaso en rojo apabullante ni vestido de princesa.
Lo dicho. Nueve. Que no es poco.
Un abrazo, amigas y amigos bloggers!
Uol
Si alguien quiere saber cómo empezó todo puede pulsar
AQUÍ.