sábado, 29 de febrero de 2020

Aludido


ALUDIDO


Te preguntas si eres el aludido.
Pero no me preguntas a mí.
Te niegas a pensarlo siquiera,
que eres el aludido,
no a pensar en preguntarme
si lo eres o no.
Para eso hay que arriesgarse,
tirarse en plancha al agua fría,
cemento pulido
contra el que temes rebotar.
Tú, yo, todos.
Todos tememos esparcir los sesos
contra el suelo
por confiar.
Por confiar.

Avanzamos en los días
obviando continuamente
las olas que provocamos
tras nuestro quejumbroso andar;
niños indecisos, temerosos,
enrabietados porque la sombra
que se cruzó en nuestro camino
no es la que pintamos en el cuaderno escolar.
Y no vemos, no percibimos
la mirada anhelante de curiosidad;
la intriga, el deseo,
el afán.

Hot Stuff
Hot Stuff


¡Qué desconcierto no saber!
¡Qué desatino imaginar!
¡Qué cobardía no indagar!

Y así avanzan los días,
a trompicones inertes,
enmascarados de falsa productividad,
mientras se consume nuestro tiempo,
el que resta, el que se agota, el que no vuelve. 


Uol

domingo, 2 de febrero de 2020

02-02-2020



SI EN LO QUE RESTA

¿Si en lo que resta
no somos quienes seríamos;
si en lo que resta

no me anudo al cuello un pañuelo italiano
ni señalo, con un gesto, el espacio
que contemplar, si en lo que resta no me tomo un barco,
no me siento al sol, no salgo
al encuentro de tu cuerpo sin que me moleste
que las palabras no coincidan,
si en lo que resta no llego a saber
qué gusto tenía tu boca, si en lo que resta no te digo
nada que te haga sentir
que estás en una de aquellas películas, y es cierta;
si en lo que resta no amo una gran ciudad,
no me llevo a mí, a aquella, la que era linda,
a los nuevos barrios del tiempo, si en lo que resta no me                                                                   [
canto una canción 
ni lloro, ni te veo mirarme como diciendo:
"Ya sé, tu canción sigue siendo demasiado bella
para soportarla", y hay tiempo, o hay al menos la misma
sensación de que hay tiempo, y además
la sensación de que lo hubo, un alta mar
de tiempo donde ninguna orilla se divisa;
si en lo que resta no canto como cantaría, no dejo que mi                                                                                        [voz
gorjee e inunda la noche
hasta convertirla en otra cosa, en algo parecido a un pastel
de oro y dulces, un pastel para mirar,
si en lo que resta no te vuelves absoluto,
no te vuelves absoluto sólo por un instante
en que toda la belleza del Hombre se concentra en tu                                                                                       [imagen
y esa tu imagen puede ser tocada, tenida, mía
y entonces nada falta,
si en lo que resta
no flotamos durmiéndonos hasta nuestro fondo,
si, dulces moribundos, no borramos
el borde entre esta soledad
y el mundo, si en lo que resta no somos
ni nos acordamos de que aquí somos,
ni nos anoticiamos de que se nos es,
si en lo que resta no somos espléndidos,
si en lo que resta no somos quienes seríamos,
no damos con nuestro recuerdo del futuro,
no honramos aquella nostalgia del mañana;
si en lo que resta no nadamos hacia nosotros,
hacia aquellos que amábamos, hacia aquello en lo que                                                                             [devendríamos,
si en lo que resta no, entonces cuándo,
si no nosotros, entonces quién
nos consolará de estar tirados acá?

Beatriz Vignoli.