viernes, 30 de noviembre de 2018

Cuchillo



Nunca lo escuchamos.
El roce del cuchillo atravesando el aire
hasta que lo sientes clavado en tu costado.


Nunca lo sentimos.
El desprecio. La indiferencia. El abandono.
Hasta que los sientes horadando tus entrañas. 

Nunca lo entendemos.
El mal. El daño. La mentira. El juego.
Hasta que te giras y los ves frente a ti.
Y todo te aplasta: el dolor, la incomprensión,
el fingimiento, el desvalimiento, la confusión.
Y todo se vuelve desamparo.
Dolor. Dolor.

                                            Mala semente os F.M.
Uol
     

6 comentarios:

  1. Que decir.... Lo he sentido muchas veces 😒.
    Oye, y no se acostumbra uno.

    Si encuentras la fórmula para esquivarlos, avísame.
    Bicos.

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    1. Algunos duelen más que otros. Pero así es la vida. Y sirve para hacer limpieza.😔

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  2. Lamento lo que te haya ocurrido, Lou. Te mereces lo mejor. Espero que te recuperes pronto.

    Hay mucha mala gente de la que no nos damos cuenta. No es de extrañar que nos pasen estas cosas. No han de poder contigo.

    ¡Un abrazo muy fuerte!

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    1. Cuánto te agradezco los ánimos, Cristian. El dolor, acompañado de decepción y desconcierto, es paralizante. Durante unas horas te sientes muerto, tu cuerpo se desconecta. Yo me mareo y tengo que tumbarme. Al miedo psíquico se une el físico. Después comienza la elaboración del duelo. También me asusta, porque en mí sé que es muy largo.
      Por eso creo que cerraré el libro. Sentir ese dolor ya no compensa, ya no.
      Un abrazo para ti también, majo!
      Espero que te vaya bien.

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    2. Sí, yo no sé la barbaridad de horas que pasé en la cama este verano, imaginando situaciones radicales de todo tipo. Tenía un bono de piscina y a veces no iba tres días seguidos por miedo a que se me notase que había estado llorando.

      Saldremos adelante. Teníamos que pasar por esto para saber que esa gente sobraba en nuestras vidas.

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    3. Desde luego que sí!
      Pensé que ya no cabía la posibilidad de que hubiese tarambanas en mi vida y mira por dónde ...
      Pero estoy bien. He racionalizado mucho y quedará como anécdota digna de contarse.
      Bicos!

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