Olvidados
al
borde del sendero, del camino, sueñan los bancos de madera por aquellos que un
día folgaban en su asiento. Ya los niños chicos no se encaraman a ellos; ya no
escuchan la pausada charla de los ancianos con sus cuitas y sus añoranzas de la
juventud pasada. No pueden imaginarse el sonido del acordeón y el pandero de las
fiestas que narran con repentino fulgor en la mirada.
Se pudren a la vera del
paseo los humildes bancos de madera. Ya no se sientan en el respaldo y posan
sus pies en el asiento los mozuelos fumado cigarrillos robados de los bolsillos
paternos. No hurtan besos los enamorados, no se magrean los lanzados. Ni
siquiera pernoctan sobre ellos al raso vagabundos y desharrapados. Duermen su
sueño los bancos en veredas, en sendas, en caminos de tierra donde no ha poco
practicaban carreras los escolares, donde bajaban el colesterol los jubilados.
Los pueblos se mueren.
No hay vida en trochas y atajos. La maleza invade estación tras estación vías, corredoiras, caminos antaño de carros...
Nadie se preocupa de desbrozar, de cortar la hierba, las silvas y zarzas que todo
invaden, colonizan, atascan.
Los pueblos se mueren. Las
inversiones mienten: ya pueden abrir zonas de senderismo, vías de trekking, salas de jubilados. Los bancos
abandonados hablan. Y sueñan con compañeros más ruidosos que sus nuevos amigos
los tojos, espinos, hierbajos. Sobre ellos crecen, los abrazan; en ellos se
enroscan como dulces amados, pero tampoco cantan.
Olvidados al borde del
sendero, sueñan los bancos de madera en servir de descanso a caminantes y
paisanos. Los pueblos se mueren: los bancos
hablan.
Uol
La Naturaleza, como la banca, siempre gana. Y esos bancos han sido reclamados de vuelta... Ojalá reclame también sus homónimos y se trague en una cucharada de hierbajos alguna sucursal del Santander, por ejemplo :)
ResponderEliminar😂😂😂😂
EliminarSiiiiiií
La Naturaleza, así con mayúsculas, siempre impone su realidad.
Los otros bancos, los establecimientos, siguen la estela de aquellos miserables usureros, tíos Gilito contando las monedas de oro y burlándose de nosotros.
Gracias, Incierto, por dejar aquí tu certeza improbable 😉
😘😘😘
No banco do banco agardaba sentada.
ResponderEliminarA moza de mirada ausente seica ía actualizar unha libreta cancelada.
Bicos de aldea sentado nun tallo
Ahora xa min deixan actualizar as libretas, Chousa: seica está anticuado. Hay que mirar o saldo por internet 😣 . E ese saldo adoita estar a cero, por iso a moza ten a mirada ausente. Xa sabe de qué vai o xogo consumista: fágoche crer que precisas e vas ser feliz con este fume que che vendo.
EliminarPero a moza xa está máis ben pra sentarse nestoutros bancos esquecidos.
Bicos de revella coa libreta anulada.
Cómpre ir cos tempos, disque. Así que actualizaremos os nosos saldos ceros a través dun buratiño...; ou iso sempre foi así? ;-)
EliminarO neno de aldea mándalle bicos á moza que pensa que é vella
Chousa, iso do buratiño soou ben raro 😜, pero os bicos do neno recíboos.
Eliminar😄