martes, 23 de diciembre de 2014

CUENTO DE NAVIDAD



Dos son mis recuerdos iniciales de la Navidad. Los dos tienen que ver con la desilusión y el renacimiento.

En el primero, mi hermano Mateo, el que me precede, me despierta en la noche de Reyes para que compruebe con mis propios ojos que los Reyes Magos no existen, y que papá y mamá, a oscuras y a escondidas, son los que depositan sobre mis zapatitos de niña buena los regalos que he pedido, que nunca son los del catálogo, sino otros similares que han encontrado en el bazar del pueblo grande. Ya os he contado que en casa de mis abuelos los parientes iban y venían, instalándose a conveniencia. Y en plenas fiestas navideñas la casa estaba a rebosar, por lo que yo tenía que compartir cuarto con mi hermano Mateo, seis años mayor que yo. Los dos mayores compartían otro, aunque el mayor ya estudiaba fuera y sólo venía por vacaciones. ¿Cuántos años tenía yo entonces? ¿Cuatro? Sé que fue antes de ir al colegio, porque ningún párvulo que empezase en la escuela se libraba de que le aclarasen los de Primero quiénes eran los adorados Reyes Magos. ¿Por qué Mateo me despertó? ¿Qué sentí yo? No puedo responder a ninguna de las dos preguntas. Ni siquiera le dije a mis padres que YA lo sabía todo. Fue Mateo quien lo cantó. Recuerdo que observé la escena en silencio y me negué a levantarme para mirar los paquetes cuando ellos se fueron de puntillas a su habitación. No lloré, no me sentí triste. Asombrada acaso: otra cosa más que no me explican. ¿Por qué no responden a mis preguntas? ¿Y por qué me responden cuando ya no me interesa?

Desilusión. Y Renacimiento. Si mis padres me hacen regalos, ¿podré pedir cosas que necesito sin que sea Navidad?
Porque yo pronto admití que necesitaba cosas: cuentos, libros, historias, ¡no podía esperar a Navidad!

Como la pequeña de toda familia, he heredado juguetes, ropa, libros y con el tiempo cassettes y discos. Pero como sabéis, me preceden tres varones. Eso no supuso problema alguno para mis padres. De Mateo heredé jerseys de lana con ochos y rombos, algún pantalón de peto y bufandas y manoplas (casi siempre desparejadas, porque para él era imposible no perder un elemento del par). Os he contado que a mí nadie me esperaba y que a mi madre sólo se le pasó el disgusto de ese embarazo tardío al parirme, una niña al fin. Pero eso no significó que me llenara de lazos y puntillas. Los vestiditos estuvieron bien mientras se me veían las braguitas de ganchillo y lazos rosas, después se aprovechaba lo que había. Hasta que crecí un poco y ya no pude heredar nada más.

Pero llegaban los Reyes, y papá y mamá me regalaban muñecas. No la Barbie, que no me gustaba nada porque era diminuta y no la podía abrazar, achuchar ni caminar con ella de la mano. A mí me gustaban los muñecotes grandes, y los  peluches. Y, para qué negarlo, me pirraba por los coches de mis hermanos. ¡Cuánto jugué con el coche policía y con el de los bomberos! Carreras, derrapes, choques con vueltas de campana... 

Coches de policía y ¡¿bomberos?!

Pero, ay, mi favorito era... el camión excavadora, aquella excavadora de plástico amarillo con su pala. ¡Toneladas de arena debió remover aquella pala excavadora! Me pasaba la tarde jugando con aquellos coches que ya Mateo había heredado destartalados. 

Pala excavadora

Pero al llegar la noche -era yo entonces aún una parvulita- colocaba a todas mis muñecas en fila en la cama de al lado, las acostaba para dormir. Se me humedecen los ojos cuando lo pienso: ¿Qué sentiría mi padre cuando ayudaba a arropar con trapitos a las muñecas de su niña pequeña? Mi padre es de otra época. Y arropaba conmigo a mis muñecas, lo estoy viendo ahora y un nudo de emoción me brota en la garganta; las tapábamos, yo les daba besitos de buenas noches y él me ponía el pijama, comprobaba que las sábanas no estuviesen frías (mi querido papá calentando en invierno una a una las sábanas en la estufa) y me arropaba a mí. Después venía mamá. ¿Qué miedos la atenazarían cuando me rezaba cancioncillas de protección? Fui una niña valiente de día, cómo no con tres hermanos trastos, pero miedosa de noche. Demasiadas sombras en la noche, sonidos de animales, manchas en el techo, serpientes bajo mi cama, cielos que son mares, rocas que son algas.



Resignación. Y renacimiento. Mi segundo recuerdo de Navidad fue mi frustración ante la imposibilidad de comer turrón duro. Se me habían caído los dientes de leche, y antes el turrón no venía precortado, era muy grueso y duro. Mamá me compró turrón blando. Soluciones. Salidas. Tardé años en volver a probar el duro.

¿Turrón duro o blando?

La Navidad es siempre la ilusión de un libro y la visión borrosa de mis padres calzando a mis sueños.


Felices fiestas para los niños que un día fuisteis! Y para los adultos presentes, amor, salud y suerte!
Bo Nadal! 

Uol

Por cierto, pequeña encuesta:

¿Sois de polvorón o de mazapán?
¿De turrón duro o blando?
¿De Papá Noel o de Reyes Magos?
¿De árbol o de Belén?
¿De bici o de patines?
¿De champán o de sidra?

12 comentarios:

  1. Si, cuántos recuerdos de las navidades de cuando era un niño (y qué distintas que son ahora de mayor). Yo también fui el pequeño de mis hermanos y heredé de todo, está claro que en una familia de clase media con tantos hermanos no había lugar para caprichos. Hoy, parece que todos los niños se encaprichan con cosas como tablets y videojuegos, cuando antes con un par de coches y unos cuantos playmobils hacíamos de todo; con ellos había diversión sin límite (bueno, si, hasta que era hora de ir a dormir).

    Me ha traído muchos recuerdos leer tu entrada Uol Free.

    Encuesta:
    ¿Sois de polvorón o de mazapán? Mazapán, el polvorón te deja la boca como la mojama.
    ¿De turrón duro o blando? Ambos, aunque he de reconocer que normalmente tiendo al blando.
    ¿De Papá Noel o de Reyes Magos? De peque, los Reyes, claro. Ahora, Papá Noel (maldito consumismo).
    ¿De árbol o de Belén? Belén.
    ¿De bici o de patines? Bici, de pequeño dándome hostias y ahora en el gimnasio ¿la del gym cuenta, no? (Me gusta mantener mis fornidas nalgas como el acero) ;)
    ¿De champán o de sidra? Cava y sidra.

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    1. Me alegra haberte traído buenos recuerdos!

      Esto.... ¿fornidas nalgas como el acero? Oh, meu Deus!! Esta imagen no se me va a ir de la cabeza mientres ataque las vieiras esta noche!!
      Please!! Foto en mallas y en la bici!!!! Please!!!!
      Biquiños!!!

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  2. ¡Bon Nadal! , Lou. Que estas fiestas y el próximo año tengan más ilusión y renacimiento.

    Contesto a tu encuesta:
    Mazapán. Me gusta más su textura.
    Turrón blando. Es más dulce.
    Reyes Magos. Aunque celebro los dos.
    Árbol y belén. Son complementarios.
    Bici. Nunca se me dio bien patinar.
    Champán. Y no solo en Navidad. Acompaña muy bien las comidas todo el año.

    Como ves, en temas navideños, soy de lo más convencional.

    ¡Un bes!

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  3. Gracias por responder a la encuesta, Juanjo.
    Estas fiestas, si se celebran, son para ser tradicionales a tope. Todos queremos que las cosas sean como cuando éramos niños.
    Bicos y a disfrutar!!

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  4. Polvorón de Estepa de toda la vida, con una copia de anís Machaquito antes y después; y lo bueno del turrón es que sea duro y se deje morder... y para el que en vez de polvorón lea otra cosa, pues lo mismo, ¡para todo el año!
    ¿Esos señores que dices? No los he visto en mi vid, pero me gustaría.
    El nacimiento de mi mamá que cada año restauro, niños Jesús y ángeles cada año uno nuevo. Vinos y caldos de todos los colores; y comida marina.
    ¡Y juntos como entonces!
    Y aunque cada vez tengo menos família y más amigos... ¡cómo se echan de menos los abuelos!
    Felices fiestas, bicos, bicos, bicos.

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    1. Buenas elecciones, Assum.
      Los buenos amigos también son familia!!
      Muchos besos y mucha salud y felicidad para el 2015!!!

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  5. Una história llena de recuerdos....
    La Navidad es siempre un tiempo de muchso recuerdos, poner los sueños en día....
    Buenos.... muy bueno venir acá... e dejar mis huellas....

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  6. ¡Buenas fiestas!
    Yo nunca he calentado las sábanas ante la estufa, pero de pequeño a veces me metía en la cama una almohadilla eléctrica que se calentaba, y se ponía bajo la espalda. Creo recordar que mis abuelos usaban una especie de bolsas gruesas que llenaban con agua caliente.

    Ahí van mis respuestas:
    1. Polvorón de Estepa, del de toda la vida. En especial el rosco de vino.
    2. Turrón blando. No me gusta nada morder cosas duras.
    3. Reyes magos. Es lo tradicional en mi zona. Creo que Alcoy tiene la cabalgata más antigua de España. En el día de navidad los mayores siempre nos han dado dinero, pero nunca hemos tenido Papá Noel.
    4. De pequeños montábamos el Belén. En mi casa casi nunca hemos puesto el árbol. Me gustan ambas cosas por igual.
    5. Más de bici, pero tampoco mucho. De pequeño prefería el monopatín, pero de esos arcaicos, pequeños y duros que había en los setenta. lo prefería incluso cuando, hacia mitad de los ochenta, se pusieron de moda los monopatines grandes con dibujos. No me gustaba ir de pie sobre él. Iba agachado. Colocaba la rodilla derecha sobre la proa del monopatín y así cogía mayores velocidades que otros que se subían de pie.
    Los patines nunca me han atraído. Me gusta pisar con seguridad y con comodidad y no ir cayéndome. Ese tipo de riesgos no son para mí. Nunca he entendido por qué a las mujeres les gustan tanto los tacones. A veces resulta estrafalario cómo caminan, intentando no perder el equilibrio. No soy de los que le encuentran el morbo a esas cosas.
    6. La sidra asturiana, la de escanciar.

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    1. Felices fiestas, Cristian!
      En la casa de mi infancia no había calefacción central. Usábamos estufas.
      Gracias por responder a la encuesta!
      Bicos e bo nadal!

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  7. Felices Fiestas, Lou y visitantes!
    Ha sido un placer disfrutar las lecturas de tus letras durante este año.
    Navidad? Invierno? Calentar la cama? En mi caso, con un "canto",piedra con forma alargada y más o menos cilíndrica, que tras calentarse sobre la estufa o cocina, y dentro de una bolsa de tela, se rodaba cama arriba-cama abajo para ir calentando lo más urgente, hasta quedar normalmente a los pies esperando el sueño.
    Turrón, ni polvorón ni mazapán
    Del duro, ahora mismo acabo de comerme uno de esos redondos.
    Reyes, aunque si P Noel me trae algo, tampoco le voy a echar a los perros
    Arbol
    Bici, en mi infancia sólo ví patines en la tele, en mi pueblo no había, supongo que la bici es más duradera, y puede pasar de hermano a hermano, primos...
    Tampoco hay que ser delicados, se empieza por uno al agotar existencias, se pasa al siguiente. Vino, cava, sidra escanciar, cerveza, ... un día es un día! Hala! Alcohol, sexo, rockandroll... fiesta!
    Un Abrazo

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    1. Felices fiestas, Vlixes!!! Te deseo todo lo mejor, un espléndido 2015.
      Gracias por responder a la encuesta!!

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