Andan sueltos los lobos.
Oigo aullar no muy lejos,
a mi espalda, pero no me vuelvo.
Ya he caminado entre ellos
muchas veces y a oscuras.
Ahora soy yo quien lleva la luz
y ellos los que tienen hambre.
Mi cuerpo resiste las ausencias,
puedo vivir sin lágrimas
o derramarlas todas en una noche.
No tengo ya piel de cordero,
mi piel ahora es una almazuela
de olores, de colores,
de tantos como me han querido.
Camino al frente de cada ahora
más desnuda que nunca,
durmiendo al sereno
bajo las estrellas de tus ojos
y sabiendo que una noche cualquiera
los lobos podrán comer mi cuerpo,
pero sólo cuando yo lo deje abandonado
porque me impida seguir volando.
Begoña Abad:Cómo aprender a volar. (2012)
Simplemente hermoso <3
ResponderEliminarLo es, sí😄
EliminarUn beso!
Totalmente de acuerdo con katita preciosa y contigo. Si llega, llega.
ResponderEliminarUn biquiño, rula. :-)
Hay que seguir volando.
EliminarBicos, gabián!😘
Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarComo cuento a veces, no soy muy de entender la poesía. Tardé años en acabar Las flores del mal. Le debo bastantes siestas a Baudelaire. Y algo parecido con otros clásicos. En cambio, este poema es de los que me podrían servir para hacer canción si fuera músico.
Sería una bonita canción😊
EliminarBicos!
Cando deixas de ter medo (e parece que Begoña Abad deixou de telo), os lobos da vida perden unha das armas máis potentes que teñen.
ResponderEliminarEn todo caso hai que andar con tino entre lobos. E entre lobas!
Bicos
Nese camiño andamos, con recovecos, curvas e costas 😕
EliminarAs lobas ... ai, as lobas. No fondo só defenden o seu. Os lobis todo é ouvear á lúa😝
Bicos, canteiro!😘