domingo, 1 de mayo de 2016

Vivir con veneno



No, no, no se puede vivir con tanto veneno. No con tanto, con algo sí, con algo se puede, aunque no queramos.  Pero solamente porque ese veneno, ese solimán abrasador, es el que nos obliga a levantarnos por las mañanas para que el cuerpo no se rinda, para que no se acabe de emponzoñar. Y el resto del día tu misión es limpiar la podredumbre que amaga con colonizarlo todo. Y la lluvia, el viento o el sol diluye esa ponzoña, y te sientes bien, a ratos, hasta se te olvida que estás envenenada. Alucinación que dura unas horas, obligada por tus ocupaciones, hasta  que llega un segundo, un momento, una silla que chirría al arrastrarla, una risa de niña, la carcajada espontánea y feliz en la mesa de al lado, el olor a pan recién hecho, la tormenta que estalla, el olor a café, a cruasán, el golpeteo de la lluvia en los cristales, algo que rompe el espejismo y, entonces, ay, entonces percibes el veneno pudriéndote toda, pócima nociva avanzando por órganos, arrasando con todo, nalpam destructor. Y te rebelas.

No, no se puede vivir con tanto veneno. No se debe. 

Y yo no lo hago.

O lo intento.

Uol


NO
 

No, no intentes disculparte, 
no juegues a insistir,
las excusas ya existían antes de ti.
No, no me mires como antes, 

no hables en plural,
la retórica es tu arma más letal.


Voy a pedirte que no vuelvas más, 
siento que me dueles todavía aquí 
adentro 
y que a tu edad sepas bien lo que es
romperle el corazón a alguien así. 


No se puede vivir con tanto veneno,
la esperanza que me da tu amor
no me la dio más nadie,
te juro, no miento. 

No se puede vivir con tanto veneno, 
no se puede dedicar el alma
a acumular intentos: 

pesa más la rabia que el cemento.

Espero que no esperes que te espere
después de mis veintiséis,
la paciencia se me ha ido hasta los pies
y voy deshojando margaritas
y mirando sin mirar
para ver si así te irritas y te vas.
Voy a pedirte que no vuelvas más,

siento que me dueles todavía aquí
adentro
y que a tu edad sepas bien lo que es
romperle el corazón a alguien así.

No se puede vivir con tanto veneno,
la esperanza que me dio tu amor
no me la dio más nadie,
te juro, no miento.
No se puede morir con tanto veneno,
no se puede dedicar el alma
a acumular intentos: 

pesa más la rabia que el cemento.
 

No se puede vivir con tanto veneno...
No se puede vivir con tanto veneno...
No... no...
¡No!


Shakira: No, de su álbum Fijación oral Vol.1 (2005) 

4 comentarios:

  1. Esta vida es dura de vivir y con un poco de veneno se hace más llevadera. Pero como bien dices, sólo un poquito, si no se corre el riesgo de convertirse en serpiente.
    Besos.

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    1. Y las serpientes no me gustan nadita de nada.
      Bicos!

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  2. No sólo estoy de acuerdo con tu exposición, sino que me ha encantado la manera de escribirla.

    Respecto al veneno... se va disipando... quizá demasiado lento, pero se acaba yendo. Mucho cuidado con los antídotos, como no des con el apropiado, todo será más amargo.

    Unha aperta, rula. :-)

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    1. Gracias, Sobre.
      Se disipa, sí. Aunque no ayuda el que yo reflexione mucho. Pero al tiempo ayuda eso mismo, así que... Piano.

      En cuanto a los antídotos... no soy de tomarlos. Tampoco creo que existan, sólo hay placebos. No dudo de que puedan ayudar, pero un placebo es un placebo. Y un clavo no saca otro clavo, pero qué se yo, si cada uno tiene su horma y su farmacopea.

      Bicos, xeitoso!

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