martes, 13 de junio de 2017

El azar

 
Sólo el azar me dio la piel que amé
y sólo el azar —o el cansancio—
extinguió el fuego.  
Lo que siguió no fue el azar,
es lo que sigue siempre,  
la lenta pesadilla del olvido  
y luego cierto desprecio  
por ese que fui yo y que amaba  
y también por el que soy ahora,  
el mismo que no sabe por qué amo.
Sólo la carne se equivoca.
  
Darío Jaramillo Agudelo: Sólo el azar.

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