viernes, 10 de enero de 2014

El hallazgo

   Estaba ordenando el cajón cuando aparecieron hechos un gurruño en el fondo. Se le llenaron los ojos de lágrimas y tuvo que sentarse. No eran más que unos calcetines grises con pequeños corazones fucsias, pero lo representaban todo: su mundo acogedor y sus intenciones. Los apretó absurdamente contra su cara y lloró. 
Primero le regaló el mundo en forma de versos y después alivió el dolor de sus talones. Así era él.


Uol
Música: Metamorphosis Two by Philip Glass.


6 comentarios:

  1. Non teño nadiña contra Philip Glass; pero o Baúl das Lembranzas, de Karina (u-ú-uuuu), víñalle que nin pintado á historia dos calcetíns de corazonciños fucsias...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Chousa, non deixes o lirismo só para o teu blog!! ;-)
      Bicos

      Eliminar
  2. A veces el destino nos envía estas señales de alguien que nos acompañó en el pasado.
    Unas veces lloramos, otras reímos, nos emocionamos, cabreamos... C'est la vie!
    Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Señales?
      La vida y sus puñeteros carruseles...

      Eliminar
  3. A peza non está mal, éche unha mistura do clave ben temperado de Bach e da Sonata Claro de Luna de Ludwig Van, e se ámba-las dúas me gustan, ista tamén. Respeito os calcetís... ¿son dises que chejan ó nocello, ó xeonllo ou á coxa? Os últimos son os mellores pra mín :-P.

    Un bico no nocello.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Glass é un mestre.
      O tamaño dos calcetíns queda entre el mais eu. Pero tomo nota das túas preferencias hahaha, o mundo é un parque temático e nunca faltan montañas rusas.
      Erótico bico o teu!

      Eliminar

Tu opinión me interesa. Es tuya.