¡Dos años ya!
He estado pensando en ello. Dos años escribiendo aquí, al principio por impulso, después con incertidumbre, más tarde con la ilusión de alcanzar el primer año. Y mientras, la vida sigue su curso. Y en ese curso, sin saber cómo o por qué, se integran estas páginas. La vida sigue, pero no ajena, no infranqueable ni paralela a estas páginas; no las esquiva, no las evita, forman parte de ella.
He estado pensando en ello. Dos años escribiendo aquí, al principio por impulso, después con incertidumbre, más tarde con la ilusión de alcanzar el primer año. Y mientras, la vida sigue su curso. Y en ese curso, sin saber cómo o por qué, se integran estas páginas. La vida sigue, pero no ajena, no infranqueable ni paralela a estas páginas; no las esquiva, no las evita, forman parte de ella.
Dos años ya, con todos
sus días y sus noches, con todas sus horas; las he vivido, sí, fuera y dentro
de estas páginas. No había plan, no había hoja de ruta, sólo existía sendero,
camino, vida.
He visitado muchas de vuestras casas durante estos dos años. Y otras que han sido abandonadas o desalojadas, puestas en alquiler o sólo en vacaciones ocupadas. Y de pronto lo pensé, visto que la media de vida de un blog son tres años. Pensé que todo lo que tenemos que decir se resume en tres años, ocupa tan sólo tres años de nuestra vida. ¿Qué es lo demás entonces? ¿Puro relleno, repetirse hasta la saciedad, decir las mismas palabras ya sabidas, ya pronunciadas, ya sentidas? ¿Conformarse con revivir lo vivido? ¿Vivir de recuerdos? No lo creo, no quiero creerlo.
Hay casas –y vidas- abandonadas por otras más llamativas y confortables en la vida real. Como si ésta otra fuera un vil sucedáneo de aquélla, ésta a la que únicamente se atiende mientras no se consiguen cómodos plazos para la otra. Por eso se vive en ésta mientras dura el desamparo, la tristeza o el paroxismo de la lujuria intangible. Pero si surge en la otra una luz, cualquier luz, se abandona esta casa de la pantalla como si fuera cueva lúgubre, con rapidez y sin contemplaciones. Algunos se despiden, es cierto; unos incluso alegan que la felicidad no da tema; otros se escudan en trabajos e ilusiones nuevos, proyectos incompatibles con estas letras. Unos pocos, incluso, se avergüenzan de haber alentado pasiones ajenas.
Tres años, tres años dura la locura de abrirse las venas, el alma, el corazón, las entrañas palpitantes en el blog que un día abriste para vaciarte en él. Tras la huida, la clausura o el abandono indiferente, ignoro si alguien regresa a contarnos después qué tal les fue en ella, en la real. Algunos retornan pasado un tiempo, es cierto, hijos pródigos que vuelven a la casa paterna, cabizbajos y arrepentidos, pero ya sin fuerzas para rebeldías nuevas.
Inicio hoy el camino hacia ese plazo, tres años. Si lo alcanzo, os contaré cómo se aliña con estas esencias.
Queridos todos, gracias por acompañarme durante estas jornadas intensas.
He visitado muchas de vuestras casas durante estos dos años. Y otras que han sido abandonadas o desalojadas, puestas en alquiler o sólo en vacaciones ocupadas. Y de pronto lo pensé, visto que la media de vida de un blog son tres años. Pensé que todo lo que tenemos que decir se resume en tres años, ocupa tan sólo tres años de nuestra vida. ¿Qué es lo demás entonces? ¿Puro relleno, repetirse hasta la saciedad, decir las mismas palabras ya sabidas, ya pronunciadas, ya sentidas? ¿Conformarse con revivir lo vivido? ¿Vivir de recuerdos? No lo creo, no quiero creerlo.
Hay casas –y vidas- abandonadas por otras más llamativas y confortables en la vida real. Como si ésta otra fuera un vil sucedáneo de aquélla, ésta a la que únicamente se atiende mientras no se consiguen cómodos plazos para la otra. Por eso se vive en ésta mientras dura el desamparo, la tristeza o el paroxismo de la lujuria intangible. Pero si surge en la otra una luz, cualquier luz, se abandona esta casa de la pantalla como si fuera cueva lúgubre, con rapidez y sin contemplaciones. Algunos se despiden, es cierto; unos incluso alegan que la felicidad no da tema; otros se escudan en trabajos e ilusiones nuevos, proyectos incompatibles con estas letras. Unos pocos, incluso, se avergüenzan de haber alentado pasiones ajenas.
Tres años, tres años dura la locura de abrirse las venas, el alma, el corazón, las entrañas palpitantes en el blog que un día abriste para vaciarte en él. Tras la huida, la clausura o el abandono indiferente, ignoro si alguien regresa a contarnos después qué tal les fue en ella, en la real. Algunos retornan pasado un tiempo, es cierto, hijos pródigos que vuelven a la casa paterna, cabizbajos y arrepentidos, pero ya sin fuerzas para rebeldías nuevas.
Inicio hoy el camino hacia ese plazo, tres años. Si lo alcanzo, os contaré cómo se aliña con estas esencias.
Queridos todos, gracias por acompañarme durante estas jornadas intensas.
PD: El pódium de
entradas más visitadas ha permanecido inalterado durante estos dos años:
Tirolesas (los tríos es
lo que tienen, no se gastan), Un Magnum almendrado (¡golosos/as!!) y La silla de Madonna (comer el chocho no
cansa, no para la que lo recibe, afirmo.)
MUCHAS FELICIDADES!!!
ResponderEliminarY gracias. Los años se cumplen independientemente de nuestra voluntad. Este aniversario es ganado a pulso.
Exige mucha dedicación, esfuerzo, tiempo y empatía hacia quiénes están(mos) al otro lado para no cejar en el empeño;
Para traernos semana a semana un pedacito de la vida, real, soñada, imaginada o inventada, pero de la vida de uno al fin y al cabo, pues yo también pienso que lo que aquí dejamos a disposición de quién quiera tomarlo, de una u otra forma es parte de nuestra vida.
Tus 190 entradas son un acicate para quiénes, como yo, abadonamos con demasiada frecuencia esta ventanita que tanto nos ha dado.
Gracias de nuevo, y que programa de mano y Uol/Lou cumplais muchos más.
Un abrazo.
PD: Es un honor ser el primero por una vez, yo que casi siempre llego tarde.
Gracias, Vlixes, tampoco es tanta dedicación, más bien responde a un deseo, pero, como ya he comentado, parece que en tres años se va apagando, ya veremos.
EliminarY nunca se llega tarde, si la cuestión es llegar.
Un abrazo!!
Pues muchísimas felicidades!!!!
ResponderEliminarSí, es lo que se dice sobre la vida de un blog, pero yo que he tenido varios -y algunos simultáneamente- creo que hay muchísimas más razones para dejar un blog o simplemente para aparcarlo un poco.
A veces, incluso, no es que encuentres una luz cegadora fuera, en la vida real (como si escribir en un blog no fuese algo real!), sino que encuentras una gran oscuridad que te atrapa, te absorbe y que te deja sin fuerzas ni ilusiones como para aporrear el teclado.
¿Sabes cuál es la principal razón, a mi modesto entender, por el que mucha gente acaba abandonando? Bueno, la primera suele ser la falta de compatibilidad del tiempo real con el virtual. Pero la segunda importante es que notas, percibes, sabes....que la gente que te sigue, o te seguía, se va alejando. Y un día piensas que no es imprescindible, que uno escribe sin esperar a ser leído, pero otras veces piensas que si estás solo, puedes buscarte otro rincón.
Ufff....en fin, siento aburrirte....menudo rollazo....ya me callo!
Bueno, ¿dónde has dicho que era la fiesta de tu cumple-blog? Espero que hayas contratado boys jejejeje
Nunca me aburres, Belkis. Y gracias por tus palabras.
EliminarClaro que hay muchos motivos pra clausurar un blog, tantos como personas.
Pero quizás, en mi caso, escribo sobre todo por necesidad, y quizás para mí. Me encanta que me leáis, pero no nació este blog pensando que nadie lo leyera. Después me estimuló mucho, es cierto. Y vivirá lo que tenga que vivir.
Los boys estaban todos ocupados en fiestas de despedidas de solteras, así que nanay-de-la-china, ¡sin boys nin vacas!
Un beso!!
Pues muchas felicidades Uol.
ResponderEliminarSaludos!
Gracias, Amowhor.
EliminarA ver si nos vemos otro año más.
Saludos!
El relleno es lo más bueno, repetirnos y repetirnos hasta hacerlo cada vez mejor.
ResponderEliminarTodas nuestras vidas son reales y complementarias.
Felicidades Uol, por muchos años más.
Un abrazo.
Esto... ¿a qué te refieres? ¡Yo repito lo que haga falta!
EliminarGracias, Ishtar, con un año más ya cumplo la media.
Un abrazo para ti también!
FELICIDADES Y ENHORABUENA POR ESOS DOS AÑOS QUE NOS HAS DADO A CONOCER TUS IDEAS Y INQUIETUDES EN TU MAGICO BLOG.
ResponderEliminarESPERO VERTE POR AQUI MUCHOS AÑOS MAS. CHICA SE TEHA QUEDADO LA TARTA PARA TANTOS SEGUIDORES QUE TIENES
SALUDOS ABRAZOS Y FELIZ FIN DE SEMANA
Muchas gracias, Pizarro.
EliminarEres un seguidor silencioso, pero siempre te siento por ahí, cerca.
Abrazos!!
Aqui otro seguidor silencioso que admira el fondo y el trasfondo de lo que escribes. espero estar en la celebración del pròximo año.
ResponderEliminarPues gracias, anónimo. No sé si eres el mismo que escribe de vez en cuando, pero, en todo caso, ¡ojalá lo veamos!
EliminarSaludos!
Felicitaciones por la constancia!
ResponderEliminarGracias, Martín, pero por lo que veo tú rompes la estadística. Lo tuyo sí es verdadera constancia. ¿Siete años blogero? ¿Con el mismo blog? Cuéntanos tus motivaciones, cómo lo haces...
EliminarSaludos!
Hola, pues yo acabo de aterrizar y te digo que 3 años para mí son un montón. Suelo abandonar mis blogs a los pocos meses. El que más me duró fueron 14 meses.
ResponderEliminarEn mi caso, es por la temática. Suelo hacerlos monográficos y llega un punto en que ya no me da la imaginación para más.
De momento llevo 2 meses con uno. A ver cuánto más me dura :D
Me ha gustado lo que he leído por aquí, o sea que seguiré visitándote. Así tienes más compañía y más lectores y no pierdes la motivación.
Feliz segundo año + un mes.
Muchas gracias por tus palabras y por quedarte a curiosear.
EliminarEste blog iba a ser monográfico ( Eros nos visita cada día), pero ha acabado siendo un proyecto muy personal, en el que por supuesto no falta Eros ni sus acólitos.
Intentaré llegar a los tres años, pero si no es así, no importa. Me divierto mucho en el camino. Visitaré tu cada. Saludos!