miércoles, 31 de octubre de 2012

Tánatos y Halloween



− ¿Nos disfrazamos de brujas?
− ¿Todavía más?
− Ja ja (sarcástica) ¿Entonces?
− Ya sabes que no me gusta esta fiesta.
− ¡Vamos, no es más que una fiesta!

Ella no sabe.
No sabe que se le escapó una vez. Como está tan ocupada como para hacer inventario, aún no se ha dado cuenta de que un alma sigue por ahí viviendo horas, días, meses y hasta años que no le corresponden. Pero ¿y si se percatara? ¿Y si al mirarla descubriera el error cometido? No puede arriesgarse. Por eso estas pantomimas le inquietan y desagradan. Aquel día iba disfrazada de zombie. Quizás por eso no la identificó. Desde entonces huye de Tánatos y de su suave toque; ese pequeño gesto, Ejem... ¿Es a mí? Sí, a usted, ¿Qué sucede? Está en mi lista, ¿Qué lista? LA lista. ¿Y no habrá un error? Lo pone la lista. Sí, ya, pero, disculpe, a veces se cometen errores. No Él. ¿Puede mirar de nuevo? No insista, no hay error posible.

Tánatos

Ella no se subió al coche, la zombie estaba ocupada besuqueando a un apuesto vampiro. Tánatos no se molestó en comprobar que un asiento estaba vacío.

Al principio miraba continuamente a su espalda, esperando el toque de Tánatos. Sólo se sentía a salvo en brazos de algún muchacho. Entonces lo comprendió: únicamente Eros podría salvarla. Eros alejaba las tinieblas, la oscuridad en la que se movía Tánatos; el brillo, la luminosidad de Eros deslumbraban al Oscuro, igual que un rayo de sol que un espejo deja frente a nuestros ojos.

Decidió consagrarse a Eros.

Fue hasta su casa. Pensó hallar una tétrica cueva, algún tugurio lleno de humo, una estancia para emparejar con Concupiscencia, Lubricidad, Lujuria, Impudicia, Lascivia, nombres todos teñidos de pecado y vileza.

− ¿Me dará refugio? −le pregunté a Pasión.
− Por supuesto, Eros es pura hospitalidad y nada exigente. La única condición que te impondrá es que colabores con Placer y Deleite.

Su casa era luminosa. Allí convivían entre otras la citada Pasión, Placer, Deleite y Gozo. Descubrí que la alegría teñía con su calor a Sensualidad y Regocijo; que se apreciaba a Voluptuosidad y Erotismo. Aquello era el Edén.

Decidí quedarme. Me convertí en su sacerdotisa durante un tiempo.
Pero las personas somos imbéciles: como cualquier idiota, yo tenía aspiraciones.

Me secularicé. Dejé el sacerdocio de Eros. Desde entonces vuelvo a mirar a hurtadillas, y a mi espalda. Sé que Tánatos me dará alcance y reparará su despiste. Hay días que siento su aliento en mi nuca, espero el golpe en mi hombro, Ejem…

Arrepentida, retorné a casa de Eros, pero ahora se resiste a abrirme la puerta. Dice que me he codeado con Fornicación y Pornografía.


Pero yo confío en que me reciba como hija pródiga. Porque en mí crece Sensualidad y Hedonismo.


Mientras, me quedaré esta noche en casita.
Por si acaso.


Uol Free

lunes, 29 de octubre de 2012

Premio Dardos

 Hay días que amanecen torcidos, sobre todo tras una noche retorciéndote (y no precisamente de placer), pero al final te traen una sonrisa de satisfacción en forma de premio concedido por alguien que considera tu blog causa de dicha y disfrute. Es el caso de la compañera Pretty Nuit, que me ha concedido el Premio Dardos. 

No conocía dicho premio que, sen me ha comentado, reconoce el mérito que diariamente cada bloguero hace difundiendo sus conocimientos y creatividad, y poniéndolo al alcance de todo el mundo, además de promover la confraternización, el compañerismo y la amistad entre blogs.
Bueno, no sé si al mío se le puede aplicar lo primero, seguro que le corresponde mejor la segunda parte, pero en todo caso, una es agradecida y no puedo menos que dar las gracias por el galardón y aceptarlo encantada.

 Como en estos casos, debo cumplir unos requisitos:

1- Poner la imagen del Premio Dardos en un sitio visible.
2- Nombrar y enlacer el blog que te ha premiado.
3- Otorgar el premio a quince blogs que crea merecederos por su creatividad y originalidad, entre otros valores.

Esta es la parte más complicada. Creo que los quince blogs son excesivos (al menos para mí, que me gusta seguirlos y participar, y tantos no podría), así que seguro que no pasa nada si cada uno concede los que le parece (ya he visto que en otros blogs lo han hecho así).
Mis premiados son:

1. Salida de emergencia  de Belkis. Me divierte, me convence, provoca mi solidaridad, ¡y pone unas fotos muy carnales...!

2. Erodisea de Vlixes. Por lo que él ya sabe.

3. Torpemán de autor homónimo. Por sus irónicos y cáusticos análisis del cortejo y de las relaciones personales. ¡Y por sus fotos frikis, of course!

4. Music On Fire  de T.Rex.  El dinosaurio aporta interesante información sobre grupos musicales o solistas, analiza canciones y las presenta.

5. Ya está escrito de Guille.  Nos deja palabras que otros han escrito, pero yo creo que él le da su interpretación. Sus cuentos de domingo no tienen desperdicio y las imágenes están muy buscadas y seleccionadas.

6 y último: Del derecho y del revés de ALz.  Sensaciones, evocaciones, y cuadros hermosos.

A todos ellos, ¡gracias por aportarme algo

Uol Free

sábado, 27 de octubre de 2012

Tazas de vino


            − Pues sí.
− Ya ves.

− Mira tú.
− ¡Vaya!

Se llevan la taza de vino a la boca. 

Tazas de vino

− Era muy guapa.
− Lo era.
− ¿A ti te llevó al molino?
− Yo era el del lagar.
− ¡Ah!
− ¿Y tú?
− La trastienda.
− Claro.
Dioniso, ponnos otras dos tazas.

Es vino oscuro, recio y denso.


− ¡Por el del molino! –alzan sus tazas.

− Mucha harina se molió allí.
− Mucha –suspira.
− Era muy guapa.
− Lo era.



 Uol Free

martes, 23 de octubre de 2012

Óbito


   Hace apenas un mes recalé en un blog a través de algún seguidor de un seguidor. Leí poesías y reflexiones que me gustaron y dejé varios comentarios. Un par de días después, el poeta-blogger Julio Benavente Caballero escribió unas generosas palabras en el mío y se hizo seguidor. Su última entrada la hizo el día 19 de septiembre en su blog UniVerso (http://juliogmartin.blogspot.com.es). Anteayer me he enterado por otros bloggers de que ha fallecido. Me he quedado de piedra. Su mirada penetrante y su media sonrisa siguen conmoviéndonos desde la foto de su perfil. Seguidores sin duda más antiguos que yo y que lo conocían bien dejan muestras de afecto a su familia y sus condolencias.

He sentido la extrañeza de la muerte, comprendedme, ha sido un shock: también la muerte nos atrapa en lo virtual, también la Parca encuentra el camino por la red para reclamar nuestra presencia. Ya puede uno huir a este Ispahán, que ella no deja de sorprenderse de que deambulemos por Bagdag, y no yerra al cortar el hilo del que nuestra vida pende.


Las tres Parcas

Y, aunque no lo conocía demasiado, Julio me ha enfrentado de nuevo a la brevedad de la vida, efímero privilegio, puesto que era muy joven para la partida. Y me pregunto, dentro de los límites de esta vida virtual (en la otra hay una familia que sufre –a quien le doy mi más sentido pésame-), ¿cómo enfrentarnos a la pérdida desde esta otra familia que uno acaba formando con personas de nombres sugerentes, alias, vivencias y emociones fuertes? ¿Cómo no acongojarse al releer sus últimas palabras? ¿Cómo evitar tratar de buscar mensajes ocultos, premoniciones sutiles, miedos encubiertos? ¿Cómo aceptar este tránsito que deja proyectos inacabados, palabras calladas, besos perdidos y abrazos yermos?


Una creía estar a salvo en esta dulce y perversa inconsistencia, de nuevo flotando en la placenta –cibernética- , naciendo a una nueva vida alejada de los rigores fugaces y perecederos, pero resulta que no, que no estamos a salvo de nada, que tanto aquí como allá todos seguimos expuestos al golpe fatal, al deceso, todos a expensas del Fatum, del caprichoso destino severo.


Y entonces, en esta nueva vida –tan vulnerable como aquélla- ¿quién dará forma a nuestros sueños quebrados? ¿Quién rematará nuestros planes y proyectos? ¿Cómo completar el laberinto de nuestras quimeras y empeños? De nuevo la fragilidad de la vida; de nuevo, el ensueño.


Si yo cruzara ahora la laguna Estigia, ¿qué le pediría al barquero? ¿Tiempo para acabar mis proyectos? ¿Ocasión de despedir y dar gracias a amigos, amores, familia, deudos?



El barquero Caronte cruza la laguna Estigia

Si yo embarcara hoy, ni siquiera noticias tendríais de ello. Una muerta os escribiría (qué buen argumento para un cuento -acaso ya lo haya utilizado Juan José Millás en uno de ellos-), pues programadas tengo pobres palabras hasta enero. Os sorprendería al principio mi soberbia al no contestar a vuestros comentarios, pero poco a poco dejaríais de hacerlos. Hasta que un día, de pronto, sin despedidas, de repente y sin apercibimiento, el silencio.


¡Quién sabe si en realidad hoy estemos leyendo las palabras de cualquier otro muerto!


Carpe Diem, amigos, que la vida es humo, es niebla que se disipa en un momento.


Y, para ti, Julio, compañero, ¡buen viaje!, y para entretenerte, léele tus poemas a Caronte, el barquero, seguro que se emociona con ellos el imperturbable viejo.
 

Óbito: 1. s.m. Fallecimiento de una persona.


Uol Free
Cuento de El Mercader y La Muerte.

  Érase una vez, en la ciudad de Bagdag, un criado que servía a un rico mercader. Un día, muy de mañana, el criado se dirigió al mercado para hacer la compra. Pero esa mañana no fue como todas las demás, porque esa mañana vio allí a la Muerte, y porque la Muerte le hizo un gesto.
    Aterrado, el criado volvió a la casa del mercader.

Amo – le dijo- déjame el caballo más veloz de la casa.
Esta noche quiero estar muy lejos de Bagdag. Esta noche quiero estar en la lejana ciudad de Ispahán.

Pero ¿por qué quieres huir?

- Porque he visto a la Muerte en el mercado y me ha  hecho un gesto de amenaza.

El mercader se compadeció de él y le dejó el caballo, y el criado partió con la esperanza de estar por la noche en Ispahán.

Por la tarde, el propio mercader fue al mercado, y, como le había sucedido antes al criado, también él vio a la Muerte.

     -    Muerte – le dijo acercándose a ella -, ¿por qué le has hecho  un gesto de amenaza a mi criado?

-     ¿Un gesto de amenaza? –contestó la Muerte -. No, no ha sido un gesto de amenaza, sino de asombro. Me ha sorprendido verlo aquí, tan lejos de Ispahán, porque esta noche debo llevarme en Ispahán a tu criado.



Recogido por Bernardo Atxaga en Obabakoak.