martes, 23 de octubre de 2012

Óbito


   Hace apenas un mes recalé en un blog a través de algún seguidor de un seguidor. Leí poesías y reflexiones que me gustaron y dejé varios comentarios. Un par de días después, el poeta-blogger Julio Benavente Caballero escribió unas generosas palabras en el mío y se hizo seguidor. Su última entrada la hizo el día 19 de septiembre en su blog UniVerso (http://juliogmartin.blogspot.com.es). Anteayer me he enterado por otros bloggers de que ha fallecido. Me he quedado de piedra. Su mirada penetrante y su media sonrisa siguen conmoviéndonos desde la foto de su perfil. Seguidores sin duda más antiguos que yo y que lo conocían bien dejan muestras de afecto a su familia y sus condolencias.

He sentido la extrañeza de la muerte, comprendedme, ha sido un shock: también la muerte nos atrapa en lo virtual, también la Parca encuentra el camino por la red para reclamar nuestra presencia. Ya puede uno huir a este Ispahán, que ella no deja de sorprenderse de que deambulemos por Bagdag, y no yerra al cortar el hilo del que nuestra vida pende.


Las tres Parcas

Y, aunque no lo conocía demasiado, Julio me ha enfrentado de nuevo a la brevedad de la vida, efímero privilegio, puesto que era muy joven para la partida. Y me pregunto, dentro de los límites de esta vida virtual (en la otra hay una familia que sufre –a quien le doy mi más sentido pésame-), ¿cómo enfrentarnos a la pérdida desde esta otra familia que uno acaba formando con personas de nombres sugerentes, alias, vivencias y emociones fuertes? ¿Cómo no acongojarse al releer sus últimas palabras? ¿Cómo evitar tratar de buscar mensajes ocultos, premoniciones sutiles, miedos encubiertos? ¿Cómo aceptar este tránsito que deja proyectos inacabados, palabras calladas, besos perdidos y abrazos yermos?


Una creía estar a salvo en esta dulce y perversa inconsistencia, de nuevo flotando en la placenta –cibernética- , naciendo a una nueva vida alejada de los rigores fugaces y perecederos, pero resulta que no, que no estamos a salvo de nada, que tanto aquí como allá todos seguimos expuestos al golpe fatal, al deceso, todos a expensas del Fatum, del caprichoso destino severo.


Y entonces, en esta nueva vida –tan vulnerable como aquélla- ¿quién dará forma a nuestros sueños quebrados? ¿Quién rematará nuestros planes y proyectos? ¿Cómo completar el laberinto de nuestras quimeras y empeños? De nuevo la fragilidad de la vida; de nuevo, el ensueño.


Si yo cruzara ahora la laguna Estigia, ¿qué le pediría al barquero? ¿Tiempo para acabar mis proyectos? ¿Ocasión de despedir y dar gracias a amigos, amores, familia, deudos?



El barquero Caronte cruza la laguna Estigia

Si yo embarcara hoy, ni siquiera noticias tendríais de ello. Una muerta os escribiría (qué buen argumento para un cuento -acaso ya lo haya utilizado Juan José Millás en uno de ellos-), pues programadas tengo pobres palabras hasta enero. Os sorprendería al principio mi soberbia al no contestar a vuestros comentarios, pero poco a poco dejaríais de hacerlos. Hasta que un día, de pronto, sin despedidas, de repente y sin apercibimiento, el silencio.


¡Quién sabe si en realidad hoy estemos leyendo las palabras de cualquier otro muerto!


Carpe Diem, amigos, que la vida es humo, es niebla que se disipa en un momento.


Y, para ti, Julio, compañero, ¡buen viaje!, y para entretenerte, léele tus poemas a Caronte, el barquero, seguro que se emociona con ellos el imperturbable viejo.
 

Óbito: 1. s.m. Fallecimiento de una persona.


Uol Free
Cuento de El Mercader y La Muerte.

  Érase una vez, en la ciudad de Bagdag, un criado que servía a un rico mercader. Un día, muy de mañana, el criado se dirigió al mercado para hacer la compra. Pero esa mañana no fue como todas las demás, porque esa mañana vio allí a la Muerte, y porque la Muerte le hizo un gesto.
    Aterrado, el criado volvió a la casa del mercader.

Amo – le dijo- déjame el caballo más veloz de la casa.
Esta noche quiero estar muy lejos de Bagdag. Esta noche quiero estar en la lejana ciudad de Ispahán.

Pero ¿por qué quieres huir?

- Porque he visto a la Muerte en el mercado y me ha  hecho un gesto de amenaza.

El mercader se compadeció de él y le dejó el caballo, y el criado partió con la esperanza de estar por la noche en Ispahán.

Por la tarde, el propio mercader fue al mercado, y, como le había sucedido antes al criado, también él vio a la Muerte.

     -    Muerte – le dijo acercándose a ella -, ¿por qué le has hecho  un gesto de amenaza a mi criado?

-     ¿Un gesto de amenaza? –contestó la Muerte -. No, no ha sido un gesto de amenaza, sino de asombro. Me ha sorprendido verlo aquí, tan lejos de Ispahán, porque esta noche debo llevarme en Ispahán a tu criado.



Recogido por Bernardo Atxaga en Obabakoak.

16 comentarios:

  1. Yo no conocía su blog y desde la lejanía quería desearle también un buen viaje. Nunca se sabe cuando acaba la vida y por eso hay que procurar ser lo mas feliz posible.
    Besos.

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    1. Nos negamos a pensar en nuestra mortalidad, porque eso nos amargaría la vida, pero estos casos nos hacen ver lo absurdo que es enzarzarse en vanalidades. Y aún así nos resulta imposible no hacerlo.

      Ser feliz, a poquitos, cada día un poquito en algo, aunque parezca insignificante y darnos cuenta (CUENTA) de que estamos viviendo un momento feliz. Yo lo intento. Cuando me río feliz, me digo "esto es bueno, un momento feliz".
      Saludos!!

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  2. Muchas veces me he encontrado en blogs donde su autor-a había dejado de escribir, sin más. Y una se pregunta: qué sucedió? ¿por qué se marchó? ¿le sucedería algo, fue una marcha voluntaria? Y generalmente, nunca se encuentran las respuestas.
    Y aquello que un día escribimos, pensamos y volcamos en este mar inmenso queda para siempre jamás a la deriva.
    Un blogger el otro día precisamente me hizo recapacitar sobre esto: ¿a quién le legamos nuestro blog? En mi caso, si fuese una marcha voluntaria, escribiría una despedida, porque de alguna manera hemos creado una pseudofamilia virtual.

    Y, desgraciadamente, la Muerte llega a todas partes y es lo que todos, absolutamente todos tenemos en común: que algún día nos la encontraremos.

    Lo siento por él, sin conocerle, por su familia y amigos y por las personas que, como tú, lo descubrísteis inesperadamente.

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    1. Yo también me despediría, claro, si es un punto y final del blog por agotamiento del tema, ideas o necesidad de otros objetivos e intereses. Supongo que algunas personas lo dejan como latente, en hibernación, por si un día vuelven: son como toreros que no se quieren cortar la coleta.
      Los otros casos son inquietantes, porque te imaginas lo peor. Julio no dejó despedida. Ignoro las circunstancias de su muerte, pero no se despidió, o quizás el blog ya era en si mismo una despedida ¿quién sabe?
      Y sí, lo único que sabemos en esta vida es que somos un producto caduco :/
      Saludos!!

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  3. Lo siento mucho Uol, no lo conocía, pero siempre éstas noticias nos dejan con un gran dejo de amargura.
    Lamentablemente y aunque parezca una frase hecha, nadie tiene la vida comprada.
    Y los que verdaderamente sufren son los que aquí quedan, su familia y amigos.
    Te dejo un fuerte abrazo.

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    1. Gracias por tu cariño, dinosaurio.
      Ya comenté que no tuve tiempo de conocer demasiado a Julio, pero su muerte me ha pillado por sorpresa: es como si fuera cantando por un hermoso y florido prado y me diese de bruces con un cadáver (¡Ay, el ejemplo no me ha salido muy apropiado!). Quiero decir que recordé de pronto que hasta en el paraíso nos acechan los peligros.
      Sé que tenía dos hijos que hoy lo lloran.
      En la red deja un buen número de amigos.

      Gracias por el abrazo, es reconfortante.
      Besos.

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  4. Uol Free:
    Es un golpe que uno de los nuestros se vaya. Es lo mismo que conozcamos su cuerpo como que conozcamos su pensamiento. Su voz nos llegaba hondo, y ahora se ha apagado.
    Nosotros sólo encontramos gente con quienes hacer en compañía un tramo del viaje, y racionalmente lo sabemos, -porque siempre la muerte le toca a los otros-, uno no se da cabal cuenta de lo efímera que es la vida hasta que no ha pasado por el trance de estar a punto de dejar este barrio, y sin embargo, quedarse. Prometo un día contarte que se siente, porque te alegrará.
    Mientras tanto, tengo un post esperando a noviembre, -también programado- sobre la muerte y el olvido, desde la vertiente opuesta a la tuya, perdóname,será cruel.
    Ya sabes dónde estoy: http://alopez-delderechoydelreves.blogspot.com/

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    1. Te acercas siempre sorpresivamente, ALz,y me alegra un montón cuando te haces notar.
      Me gustará escucharte (yo leo como si escuchara). La muerte... en fin, mi relación con ella es nefasta (no es humor negro). Me espanta de la muerte lo que conlleva de silencio, de olvido. No consigo verla como una parte de la vida: todo lo que nace muere. Mis bisabuelos, mis abuelos tenían una relación distinta con la muerte, estaba demasiado presente, la integraban a su existencia. Se morían fetos, bebés, niños, hombres jóvenes de tuberculosis, de apendicitis;se morían parturientas, uno podía morir de pura tristeza. Supongo que también era un drama pero no lo sentían como la tragedia que ahora es, o yo quiero pensar eso.
      ¿Que me va a alegrar? ¿Que superar un trance duro te hace valorar más la vida? ¡Si supieras cuánto valoro yo la vida! Y ése es mi miedo, irme pronto. Y ese miedo a la muerte me hace temer la vida. A veces temo tanto a la muerte que me gustaría morirme para quedarme tranquila. Pero la pulsión de vivir es más fuerte. Bailar, reír, amar, leer, escribir, pasear por un sendero, nadar en el mar, comer una mazana, apartar el pelo de sus ojos, besar, besar, besar, acariciar a mi madre, abrazar a mi padre, toda mi familia ruidosa y numerosa a la mesa... eso me hace desear la vida con una intensidad que me asusta.
      Tienes que contarme todo eso. Puedes escribirme a mi correo.
      Me encantará leer tu entrada de noviembre, supongo que será por Fieles Difuntos.
      Me paso a menudo por tu blog, lo sabes.
      Un beso sentido!!

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  5. Conocía a Julio desde nuestros respectivos blogs, siempre dejaba unos comentarios muy bellos y amables, y escribía unas dulces y preciosas poesías, aunque últimamente le echaba en falta, pero cuando el otro día me enteré desde un blog que había fallecido me quedé de piedra, todavía no me lo puedo creer, la verdad es que deja un vacío en el mundo de la blogosfera, pero nos seguirá acompañando desde donde se encuentre, Uol, porque nosotros no le olvidaremos.

    Un beso.

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    1. Sé que tenía buenos amigos y seguidores, Maria, y a todos ellos les deseo ánimo y un abrazo.
      Sus palabras, sus versos, quedan para siempre y eso alimenta el recuerdo.
      Un beso para ti también.

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  6. ¡Mucho ánimo Uol! Como bien dices aquí todos somos familia de nuestras ideas y pensamientos. Es una lamentable y trágica pérdida por su edad, pero si de algo sirve todo esto, es para poder tener siempre presente su legado. Releer sus artículos será como revivirle. Nadie muere mientras haya alguien que lo recuerde, y sus recuerdos están aquí grabados para siempre.

    Un abrazo.

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    1. Gracias, Fran. Eso esperamos todos, que nos (re)vivan cuando ya no estemos.
      Saludos!

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  7. Hola no se ni como llegue hasta aqui,
    seran los caminos del destino, yo si
    conosi desde muy de serca a Julio
    un grande, padre hijo, amigo,
    poeta, hermosa reflexion hicistes.
    Comparto tu dolor..
    Te dejo el link de mi homenaje.
    http://serenidad-claribel.blogspot.com/2012/11/nos-volveremos-ver-al-cruzar-ese-puente.html

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    1. Gracias por dejar tu mensaje.
      Me alegra saber que tanta gente apreciaba a Julio.
      Saludos!!

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  8. Hola,
    gracias por llegar a mi blog, de lo contrario no me hubiese enterado.
    Me quedé helada con la noticia y no pude sostener mis lágrimas.
    Qué frágil es la vida....
    Tenía una fuerte intuición desde hace tiempo, pero por esas razones incomprendibles uno deja pasar horas y días...y hoy me di tiempo para volver a escribir en su último blog....
    No lo puedo asimilar....
    Gracias.
    Un saludo cordial, genessis.

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    1. Siento que te hayas enterado así; a mí me sucedió lo mismo: fue una terrible noticia.
      Mucho ánimo!

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