domingo, 13 de mayo de 2012

Música

Cuando escuchó la canción, un mazazo de recuerdos golpeó su conciencia. No es posible, pensó. ¿Pero Sting no estaba medio retirado? A decir verdad, sonaba más bien como en la etapa de The Police, pero esa canción… no recordaba esa canción. De pronto ya no se encontraba en ese local, al que habían arrastrado unos compañeros de trabajo; un local en el que ellos sobrepasaban al menos en veinte años a la masa vociferante que allí bebía y danzaba. Pero sus colegas se habían puesto pesados, animados por la visión de muchachas de manos largas y faldas cortas que por allí se colaban, y él había cedido. Cuando se instalaron en la barra, se sintió fuera de lugar, pero dos whiskys más tarde ya nada le parecía extraño. Fue entonces cuando sonó la canción.  Al minuto y medio exacto lo pensó, pensó que era el vocalista del grupo británico, pero no podía ser cierto.





Y fue en ese momento cuando se trasladó a otro local y a otra época. En el White pasó muchas horas saltando y gozando. En el White se enamoró y traicionó o fue traicionado; en aquel antro oscuro probó sustancias que nada le dijeron y a las que abandonó con la misma indiferencia. Allí coincidían a última hora todos los noctámbulos. Se mezclaban sin pudor todos los estilos musicales y, por ende, sus seguidores. Estaban los roqueros y los neo-románticos, los oscuros (él llevaba en aquella época el cabello como el cantante de The Cure), y los guerrilleros. Todos revueltos,  a lo suyo, sin estorbarse. Y ellas, pequeñas Madonnas de mechas rubias y cejas negras. Sin SIDA y con píldora. Exhaló un suspiro. 

Entonces advirtió que una muchacha lo miraba, una chiquilla preciosa con un piercing en el labio. ¡Era tan joven! No, pensó, ella no puede comprenderlo. No puede entender lo que él siente en ese momento, lo que se ha removido por dentro, su adolescencia alocada, sus sueños ocultos, sus esperanzas, sus noches sin fin, sus risas, sus ansias...

Ella se fijó en él al pedir su cerveza en la barra porque parecía concentrado en la música y cabeceaba con los ojos entornados. 

Vaya, pensó, otro pureta que confunde a Gotye con Jim Morrison


Uol Free




Jim Morrison vs. Gotye




Enrique Bunbury (Héroes del Silencio) vs. Gotye




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