miércoles, 21 de septiembre de 2011

ERASMUS

Para: Alba <albanoalla2@gmail.com
Asunto: Rolf
            Querida Alba, te quedas corta cuando alabas la belleza de esta zona, es una pasada!!!  Y mira que yo venía reticente, porque ya sabes que mi primera opción era Estocolmo, me hacía mucha ilusión ir de Erasmus allí, me habían dicho unas amigas que era alucinante. Me pasé semanas viendo fotos de la ciudad, conociendo las calles con el Google Maps y después resultó que nada, que me tocaba ir a Oslo y me quedé planchada. Pero tampoco era cuestión de arrugarse, así que acepté la beca, una mierda de pasta, ya sabes que en realidad nos pagan una miseria y son los padres los que cargan con todo, y aquí estoy desde hace dos meses.
            Me sorprendió que no lo supieses, lo anuncié a bombo y platillo, debes ser la única que no está en una red social ja ja ja... Pero bueno, ahora que sé que eres de las antediluvianas, te enviaré más fotos de la capital y de los colegas, que sí, algunos son guapísimos y están de miedo. Ya sabes que yo siempre era una de las más altas de la clase, pues aquí me siento enanita. Sólo las hijas de los inmigrantes son más bajas que yo, y las señoras que ya se encorvan ja ja ja. Bueno, no es que todas sean gigantas, pero mi 1,72 es de lo más corrientito, ya ves, en esta vida todo es relativo.

            Veo que sigues igual de zorrona que siempre, lo que más te interesa es que te hable de Rolf. Pues te voy a dar una envidia que te cagas, porque es un tiarrón de impresión, algo flacucho para mi gusto, pero seguro que a ti te mola. Es un compañero de la facultad, aunque algo mayor que yo. En realidad lo conocí porque es el coordinador de los Erasmus de tercer año, él está acabando la carrera, o eso creo, esto  no es exactamente como ahí. Nos citó a una reunión para darnos información de cómo va todo, los teléfonos de contacto, bueno, todo el rollo, ya sabes. Después me di cuenta de que hablaba mirando mucho rato para mí, pero yo no le presté demasiada atención porque me sentía desbordada con tanta información y mi inglés, porca miseria, se ve que es más flojo de lo que pensaba. La gramática, genial, pero de oído ando fatal. Los primeros días me preguntaba si ellos hablaban el mismo inglés que yo u otra cosa. Y sí, es cierto que lo habla muchísima gente, si no iba apañada, pero la entonación es algo distinta; bueno, ya sabes, nosotros venga a imitar el tono de Cambridge y nos sale el soniquete hispano, pues a ellos el escandinavo. Vale, lo reconozco, mi inglés hablado era una mierda, y digo era, ¡porque no sabes lo que he mejorado en estos dos meses! 

El caso es que vi que era guapo, rubísimo, de ojazos azules y larguirucho,  pero es que no sabes que empacho tenía yo de tíos como te he descrito en aquellos primeros días: babeaba continuamente, y Rolf era uno más y no el más llamativo, precisamente. La cosa cambió dos semanas después, cuando empecé a enterarme de qué iba todo y ya no me sentía una mosca en medio de un merengue, porque Alba, aunque no lo creas, uno se acostumbra a todo, hasta a la belleza, y al cabo de dos semanas ya no me parecían todos tan guapos y hasta encontraba defectos en hombres por los que me tiraría de cabeza aquí en cuanto bajasen del avión, ¡lo que hay que ver! Pues como te decía, la cosa cambió cuando tuve un encontronazo en la residencia en la que me alojo y tuve que llamar a Rolf. ¿Te creerás que querían expulsarme porque me pillaron fumando en la habitación? Y no de lo que TÚ fumas, que ya te veo venir. Están paranoicos con lo del tabaco. Al parecer son muy estrictos con eso, ni siquiera en las habitaciones se puede fumar; yo pensaba que se limitaba a las zonas comunes, pero resulta que está prohibido en TODO el edificio. Los apestados tenemos que irnos al parque que lo circunda. No sé por qué no nos echan a los osos polares (lo de los leones no pega aquí,  jua!). ¡Figúrate que me estoy planteando dejar el vicio sólo por no congelarme! :P
En fin, que tuvo que intervenir Rolf alegando que por mi condición de extranjera no conocía las normativas nacionales y que mi inglés era malo (se ruborizó cuando la directora señaló escéptica los cartelitos de los pasillos) y yo tuve que poner cara de niña buena de colegio del Inmaculado Corazón de María con caída de párpados y pestañeo incluido. Se me concedió la gracia del perdón, pero seguro que estoy fichada como elemento subversivo (¡y sin quemar ni una papelera!). Le di las gracias a Rolf por la intercesión y él se mostró amable y conciliador. Así empezó nuestro affaire.
Ay, Alba, aquí todo es distinto. Dos semanas después, con media docena de tardes de cafés con barquillos por medio y cuatro noches con un par de litros de cerveza Hansa, Rolf me pidió que lo acompañase un finde a su pueblo natal. O eso entendí yo. Me quedé a cuadros. Ni lo habíamos hecho y ya me preguntó walk me to my hometown? Mi cara debía ser un poema porque él se rió. A continuación me aclaró que aquí presentarle la familia a un ligue es lo normal. Pero para mi tranquilidad no íbamos a alojarnos en casa de sus padres, en Ålesund, sino junto a su hermana Berit. Be fun and the scenery is beautiful. Yo le pregunté: Egentlig? Vakker natur? (De verdad es bonito? Es noruego, estoy aprendiendo algunas palabras. Lo pronuncio de pena pero se ve que le gustó mi esfuerzo porque me abrazó y ése fue el primer gesto sexual que tuvo conmigo. Ya ves que la rapidez sólo es válida para algunas cosas, o sea, todo al revés que aquí, es decir, ahí, ya no sé ni donde estoy).
Total, que días después enfilamos la E-6 y nos fuimos un viernes camino de Spjelkavik. El otoño noruego es fascinante, bueno, ya has visto las fotos que te envié, poco más puedo añadir. Su hermana Berit Jenssen vive en una casita roja al fondo de la calle Hjellenhagen, un lugar apacible y tranquilo. Nos recibió sin sorpresas junto a su marido Gunnar. Para no extenderme en detalles, te diré que lo bueno pasó en la sauna. Acabábamos de cenar y Berit y Gunnar se acercaron a la casa de unos vecinos para tomar con ellos un trozo de tarta de arándanos. De pronto Rolf apareció en la sala sólo cubierto con una toalla en la cintura y me tomó de la mano. Me dejé llevar.

En la parte posterior del jardín estaba la sauna. Rolf me desnudó lentamente. Había una calidez en él que no esperaba. Me besó el cuello, las orejas y los párpados mientras farfullaba no sé qué en su idioma. Yo estaba sofocada, no sé si porque el larguirucho resultó muy ardiente o por el calor abrasador de la sauna. Lo cierto es que me costaba respirar.  A mí me daba algo de palo por si a la hermana o al cuñado se le ocurría entrar en la sauna, hasta temí que fuera parte del plan (ya sabes que estos nórdicos son muy liberales y yo al fin y al cabo no dejo de ser una meridional que hace todas sus guarrerías en la intimidad), pero entonces miré a los ojos azulísimos de Rolf y me di cuenta de que era un bendito. Rolf me sentó en sus rodillas y comenzó a besarme las tetas. Se ve que le gustaban mis pezones morenos porque se demoró en ellos mucho rato. Yo estaba caliente como una perra y sin paciencia para muchos prolegómenos. 
Jason Lewis

Pero mi Jason Lewis particular (sí, sí muérete de envidia, se parece un poco al actor de jovencito, aunque no tan fornido) tenía ganas de menú completo de dos platos y postre. La verdad es que desde que llegué al país tenía ganas de comprobar el mito de la famosa frialdad de los nórdicos y no es cierto; también quería saciar mi curiosidad por descubrir el color del vello púbico de los muy rubios. Y Rolf lo tiene castaño, más oscuro que el cabello, y tan escaso como en el cuerpo. Ya sé, Alba que quieres detalles jugosos, pero te vas a quedar con las ganas, tía; sólo te diré que lo hicimos así sentados sobre las maderas del banco de la sauna; que casi me mareo por el calor; que sentía cada una de las gotas de sudor que se deslizaban a lo largo de mi espalda hasta alcanzar la hendidura de mis nalgas. Se notaba que Rolf estaba acostumbrado a follar con esa temperatura porque aguantó lo que ni se sabe a pesar de que acabó lleno de moratones en las piernas, y yo confirmé dos cosas: la primera es que aquel calor seco hace alcanzar el orgasmo con pasmosa rapidez (ahora ya entiendo por qué Livia decía que se masturbaba en la sauna del gimnasio cuando estaba sola) y segunda, el motivo de que a esta beca de estudios la denominen Orgasmus, je je!! Porque, Alba, monina, a este Rolf lo pienso exprimir los seis meses que me quedan aquí, tanto en la sauna como fuera de ella. De hecho, estoy deseando que caiga una buena nevada para volver a este pueblo y tirarme en bolas en la nieve antes de regresar a la sauna con el larguirucho de Rolf, que sí, también la tiene grande.
¡Hala, muérdete las uñas! pero escribe y cuéntame cómo va todo por ahí. Y de lo mío, chitón, que no quiero dejar esa plaza sin torear a mi vuelta.
Kisses.

Uol Free



4 comentarios:

  1. ummm... saludos desde Ålesund

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  2. ¡Gracias! Tengo fieles lectores desde Noruega. Lo que me pregunto es si son oriundos erotómanos que aprenden español o Erasmus como la amiga de Alba. ¿En qué categoría entras tú?

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  3. Pues ya sabes, aprovecha en lo uno y en lo otro, Erasmus y Orgasmus je je "Eragasmus". Saludos!!

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